domingo, 21 de marzo de 2021

                          LA TRAGEDIA DE ESTECO

Historia

Carlos, Roberto y Martín, son tres amigos que los une una pasión, la pesca en el río Juramento, los dos primeros viven a una cuadra de la estación Metán, mientras que Martín reside en un barrio alejado del centro de la ciudad, pero se conocen de la escuela primaria Guillermo Sierra, ubicada sobre Ruta Nacional 34 que cruza la ciudad de sur a norte.

Los tres amigos han planeado para el primer fin de semana del mes de julio, ir a pescar al río Juramento, a un lugar cercano a la estación del mismo nombre, ya que Carlos conoce un pozo, donde según él es "fabuloso"; y como se criaron prácticamente en la gran playa de maniobras de la estación Metán, conocen al personal ferroviario y los movimientos de trenes, pero además como lo hicieron en varias oportunidades "se van a colar" en un tren carguero, que lo llevarán hasta el río que corre a unos 40 kilómetros de sus hogares.

                  

                                                         Playa de la estacion Metán

A pesar de estar en pleno invierno, el fin de semana se presentaba soleado y con el tiempo agradable. En la estacion Esteco, también se preparaban para recibirlo.

Doña Angela Liebano, esposa del jefe de estación don Felipe Ramón Brazanovich, había planeado hacer unas ricas empanadas en el horno de barro, que los muchachos de Vía y obras habían colaborado en su construcción, donde la señora cocinaba chanchos, cabritos, pan casero, bollos, las propias empanadas y otras exquisiteces.


                                         La estacion Esteco antes de la tragedia

Viernes a la tarde, los tres amigos, estaban con sus cañas de pesca y demás vituallas, en la estación donde el guarda Salvatierra, le había comunicado que a las tres de la tarde, pasaría por la estación un carguero rumbo a Guemes y que les haría un lugarcito en el vagón de cola y con su complicidad haría que el tren parara en momento en estación Juramento y que de allí podrían seguir a pie hasta el río.

Cerca de los seis de la tarde, ya casi poniéndose el sol y tras cruzar la pequeña estación de Schneidewin, la de Río Piedras y Lumbreras respectivamente, la formación ferroviaria, hace una parada en Juramento, los tres amigos se apean del tren y por un sendero del monte se encaminan hacia el río.

Ubicación de la estacion Juramento y del río

Don Felipe recibe una llamada por el telégrafo, que una formación petrolera proveniente de Caimancito, llegará el día domingo en horas de la mañana y que pernoctará ese día en la estación Esteco, para seguir viaje el día lunes a primera hora.

Martín, no podía creer la cantidades de pejerreyes que han picado esa noche de viernes, mientras que Carlos y Roberto, se han ocupado del campamento y se preparan a cocinar algunas de las presas capturadas (como no tienen lo necesario para conservar los peces deberán consumirlos en el lugar) y también algunos para pagar "el peaje" del tren, ya que el guarda amigo, les pasó el dato, que lo esperaría en la estación entre las 18,30 y 19,30 del día domingo, con un tren que venía del norte.

El sábado 4 de julio, el cielo sigue despejado, a pesar de que la noche es muy fría y más a la orilla de un río, los jóvenes se preparan a pasar otro hermoso día de pesca, esa tarde tienen la visita de otros pescadores, que van remontando el río desde el puente carretero, compartiendo con ellos un momento de camaradería, comprometiéndose a volver a encontrarse en otra oportunidad en el mismo lugar.

Otra tarde tranquila en la estación Esteco, un tren rumbo a Barranquillas (Chaco) cruza raudamente la estación, mientras que doña Angela, ceba unos mates a su esposo y a una vista que ha llegado de una finca cercana, comentando que va a ser un domingo a pleno sol y que la semana entrante van a recibir la visita de su hijo Daniel, que se encuentra en el sur del país.

Como se suponía, el domingo fue otro día de sol, como nos tiene acostumbrado el clima, con los benignos inviernos en la provincia de Salta. El río ha bajado su caudal, por los varios meses sin lluvias y en los meandros que se han formado, han quedado apresados numerosos peces, pero nuestros amigos ya tienen suficiente, maldiciendo no poder llevarse todos.

En horas de la mañana arriba a la estacion Esteco, la formación petrolera conducida por el maquinista Jesús Walter Avila, acompañado por sus colaboradores Yanes y Santana, y en ese mediodía del domingo en medio de anécdotas y cuentos, los muchachos se deleitan con las sabrosas empanadas de doña Angela y como no tienen que tomar servicio hasta el otro día. son regadas con un generoso y robusto vino tinto salteño, además de un cabrito que también fue cocinado en el horno de barro, acompañado con ensaladas de verduras que son cultivadas en una huerta a pocos metros de la estación.

La formación petrolera esta estacionada en la vía principal, ya que ese domingo no hay ningún tráfico de trenes, por lo que no es necesario colocarlo en la vía secundaria. Esto sería el principio de una serie de eventos que culminarían en un tremendo accidente en las primeras horas de la noche de ese domingo 5 de julio de 1975.


                         Llegando a estacion Esteco (ya no existen las vías secundarias)

Los amigos pescadores después de almorzar y con el sol alto que calienta sus cuerpos después de una gélida noche, levantan el campamento para retornar a la estación Juramento con tiempo suficiente para no perder el tren, el mismo llegará cerca de la siete de la tarde, en este caso se trataba de un tren con vagones petroleros que provenía de los Yacimientos de Campo Duran en el norte de la provincia con destino al puerto de Rosario de Santa Fe, y en el vagón de cola venía su amigo Salvatierra.

En la estacion de Esteco, la señora Angela, como lo hacía cotidianamente atiende todos los quehaceres de la casa y en esta oportunidad lava la ropa de ella y de su marido en una pileta de cemento ubicada detrás del edificio de la estación, mientras que su esposo y sus invitados recorren los alrededores en una hermosa tarde de domingo.

Los pescadores mientras tanto abordan el tren, dejando parte de la pesca al encargado de la estación Juramento, como parte de pago del "boleto" a Metán. Salvatierra en su cómodo vagón de cola, mientras sirve mate, los muchachos le narran las jornadas de pesca, pero esos días casi sin dormir, hacen que el bamboleo del tren y el acompasado sonido de las ruedas sobre los rieles, los hace caer en un sopor, que pasará luego a un sueño profundo.

La formación llega a Metán, Salvatierra decide dejarlos dormir hasta que el tren realice una serie de maniobras de enganche y acoplamientos. Acá es donde comienza la "tragedia" , porque aún sin que se sepa hasta hoy el motivo, los siete vagones petroleros más el vagón de cola se desenganchan de la locomotora y empiezan a retroceder por una leve pendiente cruzando el río de Las Conchas y tomando el empalme del ramal C-12.


                                          Viaducto sobre antigua ruta 16 

Los vagones sin su locomotora empezaron a tomar una gran velocidad hacia la estación Esteco ubicada a solo 15 kilómetros de distancia sobre la antigua ruta nacional 16. Esto despertó a los pescadores que no pudieron bajar ya del tren, mientras que el Jefe de la estación Metán mandaba a través del telégrafo, la advertencia que despejaran la vía principal, pero el aviso llegó demasiado tarde.

Y ocurrió lo inevitable, las dos formaciones petroleras chocaron con tal violencia, produciéndose una terrible explosión que fue escuchada a muchos kilómetros de distancia y las llamas alcanzando hata unos 200 metros de altura.

Don Felipe que se hallaba a cierta distancia de la estación cuando se produjo el impacto, quiso correr hasta la estación pensando en su esposa, pero Ávila se lo impidió salvándose al arrojarse a una corriente de agua cercana, mientras que doña Angela queriéndose protegerse de la explosión se refugio bajo la pileta de lavar donde fue encontrada más tarde sin vida.

Los tres conductores, incluyendo a Jesús Ávila fallecieron, como asi también el guarda Roldán que se encontraba en la estación. También falleciendo los pescadores como su amigo Salvatierra.


                     
                                        La estacion Esteco nunca fue reconstruida

Otra vez la palabra ESTECO era sinónimo de tragedia, aún hoy en día, después de más de 40 años se percibe los signos de aquel trágico domingo de julio de 1975.

NOTA: Salvo los tres pescadores que son de mi imaginación, las demas personas mencionadas son verídicas.

Del libro "Historia sobre rieles" del 2019 de mi autoría.




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