Comencé a recorrer este ramal por supuesto por la Ruta Nacional 68, llegando primero al pueblo de la Merced, localidad que forma parte del departamento de Cerrillos. Para llegar a la estación hay que hacer varias cuadras de tierra hacia el oeste y allí bajo la sombra de grandes eucaliptos que tienen que haber sido plantado cuando se construyó la estación, esta esa vieja parada del ferrocarril.
En ese lugar está lo que queda de la estación, al pisar su anden una anciana que vive humildemente en lo que era una galpón de carga vertió sus desasosiego de la única herencia que recibió de su esposo, un trabajador del riel, que falleció ya hace mucho tiempo y que si viviera y viera lo que le hizo el tiempo y los depredadores a su querida estación sufriría lo mismo que yo.
Las matas tapan casi la totalidad de la vías, no queda ni el cartel de la estación solo esa construcción de hace mas de cien años se mantiene en pie con un descolorido color amarillo y un aire desolado esperando el tren que quizas nunca más llegue.
En ese lugar está lo que queda de la estación, al pisar su anden una anciana que vive humildemente en lo que era una galpón de carga vertió sus desasosiego de la única herencia que recibió de su esposo, un trabajador del riel, que falleció ya hace mucho tiempo y que si viviera y viera lo que le hizo el tiempo y los depredadores a su querida estación sufriría lo mismo que yo.
Las matas tapan casi la totalidad de la vías, no queda ni el cartel de la estación solo esa construcción de hace mas de cien años se mantiene en pie con un descolorido color amarillo y un aire desolado esperando el tren que quizas nunca más llegue.
Seguí mi viaje hacia la próxima estación, después de dos curvas la primera que lleva al santuario de Sumalao y la segunda donde se encuentra una característica carpa de los carnavales salteños; debemos cruzar dos cursos de agua, primeramente el rio Toro o Rosario, luego el arroyo Pulares y con una nueva curva ingresamos a la localidad de El Carril.
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